martes, 10 de febrero de 2015

TEORÍA POLÍTICA DE LOS PENSADORES: LOS SOFISTAS, SÓCRATES, PLATÓN Y ARISTÓTELES

En el siglo V ateniense, nace la Ciencia Política. Las ideas políticas dejaron de ser prerrogativas de castas para pasar a ser conocimiento del pueblo, del vulgo; la Ciencia Política se divulgó.
I.- Los sofistas. Fueron maestros que se dedicaron a instruir a la juventud. El término sofista, del griego sophía, "sabiduría" y sophós, "sabio" es el nombre dado en la Grecia clásica, de aquél que hacía profesión de sabio y enseñaba la sabiduría. Su pensamiento se conoce gracias a los escritos de Platón y Aristóteles. Los sofistas más notables fueron: Protágoras, Gorgias, Pródico, Hipias, Trasímaco y Calicles.
Protágoras predicaba el relativismo subjetivista, ya que consideraba que es imposible acceder al conocimiento de la verdad objetiva. Gorgias adopta un escepticismo absoluto para conocer la realidad.
Los filósofos daban generalmente a sus libros títulos como "Sobre la Naturaleza o lo existente". Gorgias parece burlarse de ellos cuando titula el suyo "Sobre la Naturaleza o lo No existente". Con ese libro pretendió demostrar tres cosas: 1) nada existe, 2) si existiese algo no podríamos conocerlo, 3) si conociésemos algo no podríamos comunicarlo a los demás.35
Enseñaban, los sofistas, la areté requerida para estar a la altura de las nuevas circunstancias sociales y políticas (recordemos que la palabra areté, traducida generalmente por virtud.
La primera exigencia de esa areté era el dominio de las palabras para ser capaz de persuadir a otros. De ésta manera la palabra no es instrumento de la 84
verdad sino del interés del que argumenta; así la ética estaba ausente del contenido doctrinario de los sofistas y el individualismo subordinaba los valores al egoísmo.
El relativismo sofista influyó en la filosofía moderna, su actitud fue seguida por Maquiavelo. La retórica de Benito Mussolini, Adolfo Hitler y Lenin son ejemplos claros de la oratoria sofista.
II.- Sócrates (470-401 a.C). Su vida fue filosofar y enseñar. Su preocupación era la conducta degradada de sus conciudadanos; en consecuencia, enfocó su curiosidad intelectual en el ser humano y en su capacidad de conocer la verdad.
Contemporáneo de los sofistas, muchos creyeron que era un sofista más, pero era exactamente lo contrario. Nunca intervino en la política. No pronunciaba discursos. No escribió nada. Según él, nunca fue maestro de nadie. Simplemente se dedicaba a conversar con quien quería conversar con él; creía que la sabiduría se adquiere en el intercambio vivo de la conversación, haciéndose preguntas y buscando juntos respuestas. Así y sólo así enseñó a pensar, a buscar la verdad y a saber que es posible alcanzarla. A diferencia de los sofistas, no cobraba por sus enseñanzas.
De esta manera luchaba abiertamente contra el relativismo sofista pues sostenía la posibilidad de acceder al conocimiento de verdades eternas e inmutables mediante la mayéutica entendida como el arte de parir o dar a luz el conocimiento. La mayéutica era el diálogo entre el discípulo y el maestro con el fin de solucionar planteamientos problemáticos.
El primer paso era reconocer la propia ignorancia. Repetía en sus conversaciones que no sabía nada, pero que era más sabio que los demás porque estaba consciente de su ignorancia mientras los otros creían saber. Quien cree saber no se esfuerza en buscar la verdad. El primer paso hacia la verdad es barrer de la mente los prejuicios, las ideas incompletas, los errores que generalmente llenan las cabezas de la gente y no dan lugar a la verdad. Hecha la limpieza, el camino queda abierto.
¿Cómo se avanza ahora? De lo particular a lo universal. Si se está hablando de justicia y se quiere saber qué es justicia, la primera etapa de la averiguación consiste en recoger ejemplos de casos particulares en los que los presentes concuerdan en afirmar que allí se obró con justicia. La segunda etapa es examinar estos casos particulares, compararlos entre sí, ver sus diferencias, ver sus cosas comunes, hasta ir dando con la cualidad –común a todos– que nos hace afirmar que en cada uno de esos casos hubo justicia. Esa cualidad común es la esencia de la justicia, su definición. Ha sido abstraída de los casos particulares por la mente humana y gracias a un poder que sólo la mente humana posee.
Su planteamiento político tenía un gran fundamento moral. De esta manera, Sócrates se convertía en el fundador de la Ética. El hombre virtuoso es el mejor ciudadano y debe someterse a las prescripciones del Estado. Él mismo fue ejemplo de ello cuando, acusado injustamente, bebe el veneno de la cicuta.36
III.- Platón (429-347 a.C.) Su pensamiento político se encuentra expresado en sus Diálogos, principalmente en: La República, las Leyes y El político. De las tres la que más importancia tiene es la primera.
Las ideas filosóficas de Platón tuvieron muchas implicaciones sociales, particularmente en cuanto al estado o gobierno ideal. Hay discrepancias entre sus ideas iniciales y las que expuso posteriormente. Algunas de sus más famosa doctrinas están expuestas en la República.
Platón decía que las sociedades debieran tener una estructura tripartita de clases la cual respondía a una estructura según el apetito, espíritu y razón del alma de cada individuo: 1)Artesanos o labradores – Los trabajadores correspondían a la parte de “apetito” del alma; 2) Guerreros o guardianes – Los guerreros aventureros, fuertes, valientes y que formaban el “espíritu” del alma y; 3) Gobernantes o filósofos – Aquellos que eran inteligentes, racionales, apropiados para tomar decisiones para la comunidad. Estos formaban la “razón” del alma.
De acuerdo con este modelo, los principios de la democracia ateniense, como existía en aquella época, eran rechazados en esta idea y muy pocos estaban en capacidad de gobernar. En lugar de retórica y persuasión, Platón dice que la razón y la sabiduría son las que deben gobernar. Esto no equivale a tiranía, despotismo u oligarquía, como Platón decía:
Hasta que los filósofos gobiernen como reyes o, aquellos que ahora son llamados reyes y los dirigentes o líderes, puedan filosofar debidamente, es decir, hasta tanto el poder político y el filosófico concuerden, mientras que las diferentes naturalezas busquen solo uno solo de estos poderes exclusivamente, las ciudades no tendrán paz, ni tampoco la raza humana en general.
Platón describe a estos “reyes filósofos” como aquellos que “aman ver la verdad esté donde esté con los medios que se disponen” y soporta su idea con la analogía de un capitán y su navío o un médico y su medicina. Navegar y curar no son prácticas que todo el mundo esté calificado para hacerlas por naturaleza. Gran parte de La República está dedicada a indicar el proceso educacional necesario para producir estos “filósofos reyes”.
Se debe mencionar, sin embargo, que la idea de la ciudad que se describe en La República la califica Sócrates como una ciudad ideal, la cual se examina para determinar la forma como la injusticia y la justicia se desarrollan en una ciudad. De acuerdo a Sócrates, la ciudad “verdadera” y “sana” es la que se describe en el libro II de La República, que contiene trabajadores, pero no tiene los reyes-filósofos, ni poetas ni guerreros.37
IV.- Aristóteles (384-322 a.C.). Pese a ser discípulo de Platón, se distanció de las posiciones idealistas, para elaborar un pensamiento de carácter naturalista y realista. Frente a la separación radical entre el mundo sensible y el mundo inteligible planteada por las doctrinas platónicas, defendió la posibilidad de aprehender la realidad a partir de la experiencia. De acuerdo con las fuentes antiguas, el filósofo griego escribió 170 obras, aunque sólo 30 se han conservado hasta nuestros días.
La Ética Nicomaquea de Aristóteles tiene un fin que se resume en la búsqueda de la felicidad. Para algunos, la felicidad consiste en los placeres; para otros, en las riquezas; pero el hombre sabio la busca en el ejercicio de la actividad que le es propia al hombre, es decir, en la vida intelectiva. Ello no excluye el goce moderado de los placeres sensibles y de los demás bienes, con tal de que no impida la contemplación de la verdad. Sobre esta base desarrolla Aristóteles el concepto de virtud. La virtud consiste en el justo medio. Todas las virtudes son hábitos que se adquieren por medio de la repetición.
En La Política, explica Aristóteles que el hombre es un "animal político" por naturaleza. Sólo los animales y los dioses pueden vivir aislados. La fuerza natural hacia la reproducción y la conservación inclina a los hombres a vivir unidos, primero en la familia, luego en la aldea (unión de varias familias) y finalmente en la Ciudad-Estado (ni muy pocos, ni demasiados habitantes). El buen funcionamiento de una Ciudad-Estado no se asegura solamente por aunar voluntades hacia un mismo fin; se requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las diferencias y eduquen a los ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de la libertad (Aristóteles, en su mentalidad clasista griega, no concibe el derecho de ciudadanía ni para las mujeres ni para los esclavos).
Existen tres formas de legítimo gobierno: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno de los mejores) y república (gobierno de muchos en la cosa pública). A esas formas rectas de gobierno se oponen sus vicios: la tiranía, la oligarquía y la democracia (Aristóteles entiende por "democracia" el gobierno de los pobres).
Lo cierto es que, para Aristóteles, “sólo en la sociedad política, el hombre puede lograr su perfección y plenitud moral: “vemos que toda ciudad es una comunidad y que toda comunidad está constituida en vista de algún bien, porque los hombres siempre actúan mirando a lo que les parece bueno.

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